domingo, 24 de octubre de 2010

Usted, Señor Funcionario

Usted, señor funcionario, cuando lee un poema ya cree que piensa con dos cerebros y se contenta porque piensa mucho, pero no sabe que a la revolución se juega con 18 mil millones de cerebros, los de los vivos y los muertos y los que han de nacer.

Usted confunde ecología con afiches de PDVSA o FORD o TELCEL o BIGOTT.

Cuando nombra pueblo le da grima y miedo y de nada le da rabia y por nada nos regaña y de una vez dice “les falta cultura y educación” porque usted cree firmemente que cultura es ser sumiso y estar todo el día diciendo “por favor”, “a sus órdenes”, “mande usted”, “gracias”, “bienvenido”, “disculpe”, o quedándose callado y pasar por pendejo, o perder la dignidad y andar de oficina en oficina, jalándole bolas a cuanto ambicioso ignorante con profesión de político, o intelectual o poeta o artista o periodista o médico, nos niegue en nombre de su profesión lo que ellos se han cogido sin que nadie se los haya dado, pero que lo disfrutan al lado de cuanto empresario ladrón los compre.

Usted, señor funcionario se cree revolucionario, porque asiste puntualmente a las reuniones del partido, porque se pone la franela del partido, porque va a las caravanas, porque grita vivas al gobierno y al partido y le hace caso a su jefe de turno; pero que va compañero, la revolución es un verso que se oye, se grita y se siente desde el corazón y usted señor funcionario de tanto ser institucional, ese cajón del pecho hace mucho tiempo que lo tiene vacío.

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