domingo, 24 de octubre de 2010

A Todos les Interesa el País

A los culturólogos, maestros, ingenieros, indígenas, abogados, diputados, obreros, campesinos, estudiantes, senadores, profesores, alcaldes, concejales, universitarios, sindicalistas, gremialistas, empresarios, comerciantes, industriales, mujeres, niños, hombres, homosexuales de todo signo, presidentes, extranjeros, pequeños burgueses, otros burgueses, medios, marginales y pelabolas: a todos, absolutamente a todos les interesa el país.

Cada uno quiere defender lo suyo a misil y antiaérea. Por lo suyo invertirán todo lo que esté a su alcance. Los objetivos del grupo deben ser alcanzados y no importa a quien nos llevemos por delante. El país debe ser mío, nuestro, de nosotros; que somos los únicos que lo necesitamos, que lo queremos, por ello será desmembrado, fracturado, desbaratado, dispersado, confundido, apurado, diasporizado, atomizado, particularizado, escoñetado, guatipiado, mierditiado, pulverizado, machacado, difuminado, minimizado, empaquetado y vendido tal y como a mi nosotros nos conviene, porque los intereses míos deben prevalecer sobre los tuyos.

¿Ese país será de los pedigüeños de siempre, de los payasos y ministriles de siempre, de los latigueadores de siempre? ¿Continuaremos con los parásitos y golondrinas rentistas? Antes no había país, pero legalizar las vagabunderías de las parcelas no debe ser objeto de la constituyente.

Esto que llaman país es una mina. Si queremos un país debemos abandonar estos intereses de mineros que pueblan nuestro corazón y opacan nuestra mente.

Que no lo negamos: nos habita. Pero ¿acaso estamos dispuestos a tener oídos sin ojos, ojos sin habla, pensamiento sin cuerpo, cuerpo sin lomo? Está bien, son los tiempos en que cayapo no sube chaguaramos ni monea auyama, pero no me venga con esa pedidera de cola en esta nueva ruta, donde el vivo de siempre no solo quiere manejar sino que además de pisar al cagapalo se quiere quedar con el vuelto. ¡Esto no tiene parada inmediata...! Josefina, tráeme el café, chica, ¿hasta cuándo espero en esta vaina?

No hay comentarios:

Publicar un comentario