SÍ, ESTE ES UN MENSAJE NAVIDEÑO.
Hay un tiempo en el que a los humanos les toca tomar decisiones que afectan sus intereses y los pueblos se crecen cuando sus individuos anteponen a sus intereses individuales y grupales el interés colectivo y en esto el venezolano ha sido un ejemplo digno de seguir por todos los pueblos de la tierra. En el siglo anterior nuestros antepasados opusieron al esclavismo una fuerza redentora que terminó convirtiéndose en el único ejército del mundo que salió de su territorio a dar y crear propuestas de pueblos libres sin medir la inversión ni colectiva ni individual, la gente de aquel tiempo se creció en las dificultades y nos legó la posibilidad de un país.
A casi dos siglos de aquella singular gesta a los venezolanos nos toca de nuevo y en distintas circunstancias tomar una decisión y la hemos tomado (En 1989, los caraqueños y mirandinos dieron el ejemplo que todos seguimos, se le llamó El Caracazo, en 1992, 4 de febrero, 27 de noviembre, se levanta en armas una parte del ejército dejando al descubierto la mascarada democrática; en 1993 dimos nuestro voto por el cambio pero de nuevo la componenda de los negativos nos arrebata el triunfo. En 1998 Hugo Chávez se convierte en cabeza visible del proceso que se inició en 1989 y se empieza entonces a construir las bases de un nuevo modelo político cuando lo elegimos presidente. 3 de marzo, decreto de referéndum, 25 de abril referendo, 25 de junio elección de constituyente para elaborar la nueva constitución y reformular las estructuras del estado.)
Para el 15 de diciembre de 1999 nos toca a todos decir SÍ a la nueva constitución y lo haremos porque los que están diciendo NO son los mismos que durante cuarenta años nos destruyeron cultural, social, y económicamente. Quienes los siguen que asuman la responsabilidad de su ignorancia.
Los periodistas ignorantes y palangristas podrán desgañitarse anunciando fracasos, los empresarios rentistas y golondrinas invertirán en la fábrica de mentiras y los curas de la santa inquisición meterán miedos con todos sus diablos ancestrales para mantener sus sueldos de vagos privilegiados, pero nada de eso afectará nuestra alegría por el SÍ. Porque ya nosotros nos hemos vuelto sordos, ciegos y mudos ante la mentira, ya la claridad nos plena. Definitivamente hemos bajado la santamaría y cerrado las ventanas; de ahora y en adelante el País que construyamos será algo más que positivo o negativo. Será un País hecho por todos y para todos; por eso diremos SÍ a la nueva constitución.
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