domingo, 24 de octubre de 2010

De Manchester a Génova O ¿Quién Abandona a Quién?

I

8 pillos se reúnen y planifican un solo crimen. Están a la luz, en medio de la calle, o del mar, para los efectos la contaminación es la misma. Hablan y gesticulan y todos vemos, sabemos que hablan de cuánto costaremos este año o los próximos 20 años; no hay vergüenza, los rostros a veces adustos, o tensos o sonrientes; planean sobre mares contaminados, ríos desaparecidos o desviados, montañas destruidas o bosques talados, todo en la inmediatez de la globalización, en el arropamiento del mercado común hasta para los virus. Ahí están, se ven, casi son tocables, no son virtuales, sólo nos separan veinte mil policías, todos cuerpos especiales; ahí están los hijoeputa, repartiéndose por mandato de las transnacionales las leyes favorables a sus intereses.

Afuera Génova como el planeta, contemplando que a los de adentro nada le importamos a no ser como cifras o paquetes transferibles, como uso o cambio o mejor plusvalía.

Desde Manchester a Génova un miedo sigue recorriendo la columna vertebral del capitalismo y no es precisamente un fantasma que lo acosa, es su culpa, reflejada en 5 mil millones de excluidos, que cuando se percaten lo abandonarán a su miseria, no está lejos el día, 300 mil manifestantes en Génova lo confirman.

Y desde aquí como Cayapo miramos como miran todos los excluidos, la globalización es también la desaparición del capitalismo.

8 pillos se reúnen y planifican un crimen pero los vemos y oímos.

II

De Manchester a Génova, son muchas las diferencias, ciudad, país, tiempo histórico social; pero el concepto sigue siendo el mismo: ganar mucho, rápido y con muy baja inversión.

En Manchester se tenía la certeza de la necesidad de la explotación, el crecimiento y desarrollo de las fuerzas productivas, el progreso, la apertura e invasión de mercados, y no sólo creían en ello los controladores del capital, sino que la sociedad consideraba esto su misión. Eran los tiempos del dejar hacer, dejar pasar, todos éramos “felices”.

Génova es el despertar, el final del circo, la salida del cine, el cierre del telón, el fin de la fiesta. Nada es ocultable, ni virtual, ni ilusorio; todo es real, las cifras, la gente, el hambre, la mediocridad, el no-arte, el somos lo que somos sin máscaras.

Las transnacionales megafusionadas colocan en Génova a 8 pilluelos a tramar para que la humanidad vuelva a creerles, pero la diferencia está en que todos nos conocemos, no hay engaño posible, todos sabemos que volver a Manchester es repetir una atroz historia salpicada de toda villanía.

De Génova en adelante, abandonar todo, separarnos para andar juntos y empezar a construir solos y colectivamente el mundo.

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